La escuela positivista es una corriente filosófica y científica que surgió en el siglo XIX, en un contexto histórico marcado por la Revolución Industrial y los avances tecnológicos. Esta corriente tuvo una gran influencia en diversos campos del conocimiento, incluyendo la criminología. En este post, exploraremos el contexto histórico en el que surgió la escuela positivista y cómo influyó en el desarrollo de la criminología como disciplina científica.
¿Cuál es el contexto histórico del positivismo?
El positivismo surge como una corriente filosófica y científica en el siglo XIX, en un contexto de grandes cambios sociales, políticos y económicos. En Europa, se estaba produciendo la Revolución Industrial, lo que implicaba una transformación profunda en la sociedad y en las relaciones de producción. Además, se estaban produciendo grandes avances científicos y tecnológicos, lo que generaba una gran confianza en la capacidad de la razón humana para comprender y controlar el mundo.
En este contexto, el positivismo se presenta como una respuesta a la crisis de las grandes teorías metafísicas y religiosas, proponiendo una forma de conocimiento basada en la observación, la experimentación y la verificación empírica. El positivismo busca aplicar los métodos de las ciencias naturales a las ciencias sociales, considerando que los fenómenos sociales son regidos por leyes objetivas y que el conocimiento científico puede ser utilizado para mejorar la sociedad.
¿Cuándo surge la Escuela Histórica del positivismo?
La Escuela Histórica del positivismo surge a mediados del siglo XIX como una corriente de pensamiento que busca aplicar los principios del positivismo, que se basa en el método científico y la observación empírica, al estudio de la historia. Esta escuela fue fundada por el jurista alemán Friedrich Carl von Savigny, quien propuso que el derecho se desarrolla a través de un proceso histórico y que, por lo tanto, para comprenderlo y aplicarlo correctamente es necesario estudiar su evolución a lo largo del tiempo.
La Escuela Histórica del positivismo se caracteriza por su enfoque en el estudio de las fuentes históricas y la interpretación de los textos legales y jurídicos a través de un análisis crítico y contextual. Sus principales representantes, además de Savigny, fueron Rudolf von Jhering y Georg Friedrich Puchta. Estos juristas consideraban que el derecho no es algo fijo y absoluto, sino que está en constante evolución y cambio, y que su comprensión y aplicación deben adaptarse a las necesidades y circunstancias de cada época.
¿Cómo surgió la escuela positivista?
La escuela positivista surgió como una respuesta crítica a la escuela clásica, que se basaba en una concepción dogmática y lógica del delincuente y del delito, sin tener en cuenta otros factores sociales y psicológicos. Los positivistas, de origen italiano, consideraban que esta visión era limitada y que se necesitaba un enfoque más científico y empírico para comprender y tratar el fenómeno delictivo.
Los positivistas desarrollaron una metodología basada en la observación y el estudio sistemático de individuos delincuentes, enfocándose en aspectos como la biología, la psicología y el entorno social. Sostenían que las acciones delictivas eran el resultado de factores individuales y sociales, y que era necesario entender estos factores para prevenir y tratar el delito de manera efectiva. Además, defendían la idea de que las penas debían tener un carácter más rehabilitador que retributivo, buscando la reinserción del delincuente en la sociedad.
¿Cuáles son los principales fundamentos del positivismo?
El positivismo se basa en algunos principios fundamentales que definen su enfoque científico. En primer lugar, se sostiene que el conocimiento proviene de lo observable y medible, es decir, de los hechos empíricos que pueden ser observados y experimentados. Desde esta perspectiva, los fenómenos son factibles de medición y conteo, lo que los convierte en objeto de investigación científica. De esta manera, el positivismo busca establecer leyes y regularidades basadas en la observación y la experimentación, proporcionando una base sólida para el conocimiento objetivo.
Otro principio central del positivismo es la idea de que los fenómenos naturales y sociales son explicables a través de leyes científicas. Esto implica que los eventos y comportamientos pueden ser comprendidos y predichos a través de la aplicación de métodos y teorías científicas. El positivismo busca encontrar regularidades y patrones en los fenómenos, lo que permite predecir y controlar el mundo que nos rodea. Además, el positivismo defiende la importancia de la objetividad en la investigación científica, ya que se considera que los hechos deben ser analizados de manera imparcial y libre de sesgos para llegar a conclusiones válidas y confiables.