Las relaciones públicas nacen en Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XIX, ante la necesidad de las grandes compañías de luchar contra los ataques de la prensa. En ese momento, las empresas se encontraban bajo un escrutinio constante debido a las malas condiciones laborales, los problemas medioambientales y las prácticas comerciales cuestionables.
Para contrarrestar estas críticas y mantener una imagen positiva ante el público, las empresas comenzaron a contratar a profesionales especializados en relaciones públicas. Estos expertos se encargaban de gestionar la comunicación de la empresa con los medios de comunicación y el público en general.
A medida que las empresas crecían y se volvían más complejas, la necesidad de profesionales en relaciones públicas se hizo evidente. Surgieron agencias especializadas en ofrecer servicios de relaciones públicas a diferentes empresas y sectores.
En la actualidad, las relaciones públicas se han convertido en una parte esencial de la estrategia de comunicación de cualquier empresa. Su objetivo principal es gestionar la reputación de la empresa, establecer y mantener relaciones positivas con los diferentes públicos de interés, como clientes, empleados, accionistas y comunidad en general.
Las técnicas utilizadas en las relaciones públicas han evolucionado a lo largo del tiempo. En un principio, se basaban principalmente en el envío de comunicados de prensa y la organización de eventos. Sin embargo, con el avance de la tecnología y la aparición de las redes sociales, las estrategias de relaciones públicas se han ampliado para incluir la gestión de la imagen en línea y la interacción con los usuarios en plataformas digitales.
¿Cuál fue el origen de las relaciones públicas?
El origen de las relaciones públicas se remonta al siglo XX, específicamente al año 1900 con el establecimiento de la oficina de publicidad. Sin embargo, su desarrollo como profesión reconocida y formalizada se produjo a lo largo de las décadas siguientes.
Las relaciones públicas surgieron como una respuesta a la necesidad de las organizaciones y empresas de establecer una comunicación efectiva y estratégica con sus diferentes públicos. A medida que las sociedades se volvían más complejas y surgían nuevos medios de comunicación, las empresas comprendieron la importancia de gestionar su imagen y reputación de manera proactiva.
En este contexto, la figura del relacionsita público adquirió relevancia. Estos profesionales se encargaban de establecer y mantener relaciones positivas con los públicos de una organización, ya sean clientes, empleados, accionistas, medios de comunicación o la sociedad en general. Su objetivo principal era construir una imagen positiva y sólida de la organización, así como gestionar y mitigar posibles crisis o conflictos.
Con el paso del tiempo, las relaciones públicas han evolucionado y se han adaptado a los cambios tecnológicos y sociales. Hoy en día, las organizaciones cuentan con herramientas y estrategias más sofisticadas para gestionar su comunicación y relación con los públicos, como las redes sociales, los eventos corporativos o las campañas de responsabilidad social corporativa.
¿Quién fue el inventor de las relaciones públicas?
Edward Bernays fue un influyente reportero austro-estadounidense que creó las relaciones públicas, la idea de que la imagen pública y las relaciones de una persona o compañía con el público general pueden ser administradas. Bernays nació en 1891 en Viena, Austria, pero emigró a Estados Unidos cuando era joven. En Estados Unidos, Bernays se convirtió en un pionero en el campo de las relaciones públicas, utilizando técnicas de propaganda para influir en la opinión pública y promover los intereses de sus clientes.
Uno de los logros más destacados de Bernays fue su trabajo para la American Tobacco Company en la década de 1920. Fue contratado para aumentar el consumo de cigarrillos entre las mujeres, que en ese momento era socialmente inaceptable. Bernays ideó una estrategia que involucraba a mujeres influyentes en la sociedad para que fumaran en público durante el desfile del Día de la Pascua en Nueva York. Esta acción fue recogida por los medios de comunicación y ayudó a normalizar el consumo de cigarrillos entre las mujeres.
¿Cómo eran las relaciones públicas antes?
Antes de la era digital y de Internet, las relaciones públicas se basaban en medios de comunicación tradicionales como periódicos, revistas y estaciones de radio. Las empresas de relaciones públicas se encargaban de enviar notas de prensa y comunicados a los medios de comunicación a través del correo postal. Esto implicaba imprimir copias físicas de los comunicados y enviarlas por correo a los periodistas y editores relevantes. El proceso era lento y limitado, ya que dependía del tiempo de entrega del correo y de la disponibilidad de los periodistas para revisar y publicar las noticias.
Además del correo postal, las empresas de relaciones públicas también dependían de las llamadas telefónicas para comunicarse con los periodistas y establecer relaciones con ellos. Sin embargo, debido a la limitada disponibilidad de líneas telefónicas y al costo de las llamadas de larga distancia, esta forma de comunicación también era lenta y costosa. Las empresas de relaciones públicas tenían que elegir cuidadosamente a qué periodistas llamar y cuándo hacerlo, para maximizar sus posibilidades de obtener cobertura mediática.
¿Cuál fue el primer libro de relaciones públicas?
El primer libro de relaciones públicas fue Crystallizing Public Opinion, escrito por Edward Bernays en 1923. Este libro sentó las bases teóricas y prácticas de la profesión de relaciones públicas, y se considera un hito en el desarrollo de esta disciplina.
En este libro, Bernays exploró el poder de la opinión pública y cómo esta puede influir en el éxito o fracaso de las instituciones. También discutió la importancia de la comunicación estratégica y cómo las organizaciones pueden utilizarla para moldear la percepción de su imagen y reputación. Además, Bernays introdujo el concepto de “ingeniería de consentimiento”, que se refiere a la manipulación de la opinión pública para lograr determinados objetivos.