En la época colonial, los criollos eran una clase social que se encontraba en la cúspide de la sociedad en América Latina. Su vestimenta reflejaba su estatus y riqueza, y estaba influenciada por las tendencias de la moda europea de la época. En este artículo, descubriremos cómo se vestían los criollos, desde las prendas que utilizaban hasta los accesorios que complementaban su atuendo.
¿Cómo era la vestimenta de los criollos?
Las vestimentas criollas variaban según la región, pero tendían a la ostentosidad y el decoro, dado que eran la élite local de sus sociedades. Para los vestidos de las damas de sociedad, por ejemplo, se usaban telas importadas de Europa y la mano de obra textil de las esclavas o siervas de la familia. Estos vestidos generalmente eran de colores vivos y brillantes, con detalles y adornos elaborados como encajes, bordados y perlas. Las faldas eran amplias y se usaban en capas, creando un efecto de volumen. Además, se utilizaban corsés ajustados para realzar la figura y mostrar una silueta elegante y refinada.
Por otro lado, los hombres criollos solían vestir trajes formales compuestos por chaquetas, chalecos y pantalones ajustados, confeccionados con telas de alta calidad como el brocado y la seda. Estos trajes se complementaban con camisas de cuello alto y corbatas o pajaritas. Además, se utilizaban sombreros de ala ancha y guantes de cuero para completar el atuendo. En términos de joyería, tanto hombres como mujeres criollos lucían piezas elaboradas como collares, pulseras y broches, a menudo incrustados con gemas preciosas.
¿Cómo se vestían las mujeres criollas?
Las mujeres criollas en la época colonial en Quito solían vestirse de manera elegante y sofisticada. Su vestimenta consistía en una falda larga y amplia, conocida como “falda”, que solía ser de colores vivos y decorada con encajes y bordados. Además, llevaban un faldellín, una especie de enagua que se colocaba debajo de la falda para darle más volumen y realzar la figura.
En la parte superior, las mujeres criollas llevaban una blusa de mangas largas, generalmente hecha de telas finas como el encaje o la seda. Encima de la blusa, se colocaba un chaleco, que podía ser de diferentes estilos y colores, y se ajustaba con botones o lazos. Para completar el conjunto, las mujeres llevaban una leva corta, que era una especie de chaqueta sin mangas que se colocaba encima del chaleco. Esta prenda solía ser de terciopelo o seda y se adornaba con bordados y encajes.
Una de las prendas más características de las mujeres criollas de Quito era el “pañolón”, que era una especie de mantón grande y rectangular que se llevaba sobre los hombros. Este pañolón solía ser de colores llamativos y estaba decorado con bordados y flecos. Se utilizaba como sustituto de la mantilla española, que era una prenda tradicionalmente utilizada por las mujeres españolas.
¿Qué significa ser un criollo?
En la actualidad, el término criollo se utiliza para referirse a grupos étnicos y culturales que se han desarrollado a partir de la mezcla de diferentes influencias. En América Latina, por ejemplo, se utilizaba el término criollo para designar a aquellos descendientes de europeos nacidos en el continente americano. Estos criollos eran considerados una clase social privilegiada, ya que tenían acceso a una educación y a oportunidades económicas que no estaban al alcance de la mayoría de la población.
Además, el término criollo también se utiliza para referirse a una forma de hablar o de escribir que se considera propia de una región o país en particular. Por ejemplo, se habla del español criollo en el Caribe, que es una variante del español con influencias africanas y amerindias. En este sentido, el criollo se entiende como una expresión de la identidad cultural de un pueblo y como una forma de preservar sus tradiciones y costumbres.
¿Cómo era la vestimenta que se usaba en la época colonial?
En la época colonial, la vestimenta era muy diferente a la que usamos hoy en día. Tanto hombres como mujeres llevaban camisas y vestidos hechos de algodón, que eran los materiales más comunes en ese entonces. Las camisas eran generalmente largas y holgadas, con mangas anchas y cuellos altos. Los vestidos de las mujeres también eran largos y sueltos, con mangas amplias y a menudo con encaje o bordados decorativos.
Además de las camisas y vestidos, tanto hombres como mujeres solían llevar una enagua debajo de la ropa. Esta era una prenda ajustada que se usaba para dar forma a la falda del vestido. También se usaban chales para cubrirse los hombros o la cabeza. Los chales eran generalmente de colores brillantes y se llevaban tanto por hombres como por mujeres.
En cuanto a los materiales, la lana era uno de los más utilizados. Se hacían grandes paños cuadrados de lana, que se teñían de varios colores para hacer prendas de vestir. Estos paños se usaban para hacer capas, ponchos y faldones. Los ponchos eran especialmente populares entre los hombres, ya que les proporcionaban abrigo y protección contra el frío.
¿Cómo se vestían los criollos?
Las vestimentas criollas variaban según la región, pero tendían a la ostentosidad y el decoro, dado que eran la élite local de sus sociedades. Para los vestidos de las damas de sociedad, por ejemplo, se usaban telas importadas de Europa y la mano de obra textil de las esclavas o siervas de la familia. Estos vestidos solían ser largos y con amplias faldas, confeccionados con telas de seda, satén o terciopelo, adornados con encajes, bordados y lazos. También se utilizaban corpiños ajustados y amplios sombreros adornados con plumas.
En cuanto a los hombres criollos, solían vestir trajes de tres piezas, con chaquetas y chalecos elaborados con telas de alta calidad y pantalones a juego. Los colores oscuros eran los más comunes, como el negro, el azul marino y el gris. También utilizaban sombreros, como el sombrero de copa o el sombrero de ala ancha, dependiendo de la ocasión. Además, complementaban su atuendo con accesorios como bastones, guantes y relojes de bolsillo. En general, los criollos buscaban transmitir una imagen de elegancia y distinción a través de su vestimenta, reflejando su posición privilegiada en la sociedad colonial.